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martes, octubre 30, 2007

Morirse En Domingo (2006)

Morirse en domingo
De: Daniel Gruener
México, 2006
DVD
75/100

Como si fuese un coleccionador de clichés del cine mexicano, el morboso de Daniel Gruener recolecta estas tendencias y las emplea de forma efectiva en su apenas segundo largometraje. Una película ambiciosa, que en otras manos se hubiese hundido en la mediocridad. En cambio, Gruener nos adentra a una producción estéticamente hermosa, una historia suficientemente tierna y chusca para ser apreciada como cine de humor negro. México, en los ojos de extranjeros es conocido por su forma poco convencional de aceptar la muerte como una fase más.

Gruener presenta el insólito universo del trafico de cuerpos, un mundo en el que “los muertitos contribuyen mas que los vivos”, otra forma de contrabando y una posible forma de escape para quien decida renovar su libertad o correr de la justicia. Afortunadamente, la película no se estanca en política, estudia la moral y madurez de dos hombres con mucho peso en sus espaldas.

La historia involucra a un joven, con una inmadurez evidente que no le permite aceptar su gran tristeza de perder a su tío, a quien se le ocurrió morirse en un domingo. Su padre le ordena hacerse cargo de la cremación del cuerpo, una responsabilidad que pesa demasiado para su protagonista Carlos (Humberto Bustos). Es ahí donde el efectivo guión de Antonio Armonia hace acto de presencia. La cremación de un cuerpo no es la forma tradicional de disposición de un cuerpo. El acto es macabro, poco evangélico, la idea de deshacerse de un cadáver por medio de ardientes llamas no permite a Carlos quedarse durante la cremación. Sin saber que el destino del cadáver no es el fuego de la cremación, ni la descomposición tardada de un entierro. El destino del cadáver es un ultimo recorrido que pareciera su tío tenia en mente, su modo chispeante de hacer madurar a su sobrino, entre ellos existía una relación de padre e hijo. Una conexión necesitada por ambos, pero que el joven no logra apreciar a pesar de la poca confianza que sus padres y hermana le tienen.

Son esos primeros minutos los que dan fortaleza al resto de la historia, la cual llega a ser repetitiva pero que también aprovecha el personaje de Joaquín (Silverio Palacios). La persona encargada de cremar el cuerpo, y quien ofrece ‘trabajitos’ a poderosos personajes que quieran emplear la ya conocida frase, “No estaba muerto, andaba de parranda.” Para poder cubrir sus trampas, Joaquín se ve forzado a matar perros callejeros y usurparlos como las cenizas de seres queridos como el tío de Carlos. La historia es verdaderamente profunda, nunca pinta a la muerte como una celebración ni mucho menos la acepta, al menos sin antes exponer ese sentir al miedo y al dolor. Ya conectándose de esta forma con el espectador, la cinta puede presumir de un humor acido.

Gruener y Armonia moldean una cinta potente, pero que mal aprovecha su larga duración. Trata de abarcar muchos temas innecesarios, restándole puntos, pero su ejecución técnica es ejemplar. El trabajo colectivo eleva la película y la sostiene en todo momento. La fotografía es más que adecuada, la dirección de arte le otorga los momentos góticos necesarios para esos seres que se están pasando de vivos. Pero lo más memorable de la película es la hilarante y mística música de Gabriel González Meléndez. Una partitura que no permite que la cinta se involucre en lo melodramático, algo que sucedió con la repetitiva música de Daniele Luppi en Malos Hábitos (México, 2007). La edición me recordó al trabajo sensible caudaloso de Carlos Bolado.

Morirse En Domingo también posee con un trabajo excepcional en la actuación. Silverio Palacios se ha posicionado como uno de los mejores actores Mexicanos en los últimos años, tal vez el segundo mejor después de Damián Alcázar. Al final, la cinta se la lleva Humberto Bustos, en una actuación tan notable que debería traerle proyectos al por mayor. La película participo en el Festival de San Sebastián y desafortunadamente paso casi desapercibida en la taquilla mexicana.

jueves, octubre 04, 2007

Familia Tortuga (2007)

Familia Tortuga
De: Ruben Imaz Castro
México, 2007
Screener
80/100


La opera prima del Rubén Imaz Castro, graduado recientemente del CCC, es una cinta digna de todos sus premios, jamás llega a tener el sublime relato de otras operas primas de su generación. Juan Patricio Riveroll se atreve estéticamente a moldear la impecable Ópera (2007) de una forma eminente, o Ernesto Contreras que con Parpados Azules (2007) apuesta por la sensibilidad entre personajes solitarios con plena complejidad y delicadez. Pero es una pieza bien lograda, de las que son recordadas y puestas como 'ejemplo' en las escueles de cine.

Familia Tortuga intenta relatar la historia de una familia constantemente en resistencia de interactuar, la soledad que sus almas han desarrollado tras la muerte de la cabeza de la familia (la madre), los ha convertido en extraños. Cada personaje es alienado de su familia, durante la cinta, Imaz Castro hace claras referencias a la magistral ‘historia corta’ de Kafka, La Metamorfosis. En la cual un joven al despertar por la mañana se da cuenta de que se ha transformado en un insecto gigante, su condición no le permite comunicarse con su familia, pero la historia nos revela que antes de su transformación su condición no era tan diferente y que su lejano contacto con su familia ha sido predominante, aunque ahora es un tremendo bicho, en contexto solo es un cambio físico.

La ‘familia tortuga’, despierta una mañana, otro día mas en soledad y con las ganas de salir de ese hogar para llenar ese vació emocional con otras personas. Los jóvenes Omar y Ana son tal vez los dos miembros de la familia que han despertado con el cambio más drástico, en plena juventud, no logran salir de sus caparazones. El despertar sexual y la tentación de tratar substancias ilegales solo empeoran su soledad. A pesar de sus problemas mentales, el tío Manuel, es sin duda el miembro más fuerte y entrañable de la familia. El es ignorado por el resto de la familia, pero el disfruta el hacerles desayuno, tal vez es el único que siente que realmente hace algo para reponer la ausencia que irrumpe a su hermano y sus sobrinos. Hay una fascinación hacia las mascotas acuáticas de la familia, en especial una tortuga que se ha desviado y empieza a perderse, Manuel esta preocupado por esta. Internamente también esta preocupado por los miembros de su familia, cada vez mas distantes.

La cinta es técnicamente débil, en especial su fotografía que llega a ser muy gris, la paleta de colores es adecuada para los personajes pero solo rasguña genialidad, sin dejar la cicatriz de la formidable fotografía camara en mano de Tobías Datum en Drama/Mex (Naranjo, 2006). Es una película lenta, el propio titulo lo advierte. Para muchos llega a ser tediosa, pero llega a ser sensible y emotiva a pesar de no contar con el típico final feliz. En lo que si estoy de acuerdo con muchos es en la fallida pero respetable decisión del director de no regalarnos un poco de cariño en la ultima etapa de la cinta.

Las actuaciones son buenas, en especial del integrante mas joven de los Bichir. Jose Ángel Bichir, hijo de Odiseo, lleva en su sangre el gran carisma de sus tíos Bruno y Damián. Desde su pequeña intervención en Matando Cabos (Lozano, 2004), dejo una grata impresión en mí. Después, le entrego una actuación formidable y salpico de humor negro a Morirse En Domingo (Gruener, 2007). Creo que si continúa eligiendo personajes complejos podría convertirse en un gran actor dimensional, su próximo proyecto será realizado por Fernando Sariñana (ouch!), en la película Enemigos Íntimos (2008). La cinta de Sariñana seguro y vuelve a romper records, mientras que Familia Tortuga se beneficia mas de un estreno pequeño. Supuestamente Imcine esta preparando el estreno de la cinta para finales del año.

A pesar de los pequeños detalles que llegan a incomodar, Familia Tortuga es una buena opera prima, humana y noble de un director muy prometedor. Los dos directores más visionarios en el cine Mexicano actual, Carlos Reygadas e Iván Ávila Dueñas han comentado su gran admiración hacia la película. Su paso por el circuito de festival ha estado lleno de buenas impresiones. Sin duda el programa de operas primas del CCC nos ha deja nos deja satisfacción tras satisfacción, Rubén Imaz Castro es sin duda un director a seguir. A pesar de no ser una cinta convencial ha logrado gustarle al público general, en el FICCO se llevo el premio de la audiencia. En Toulouse y Santiago gano el premio más importante a mejor película, mientras que fue galardonada como la mejor opera prima en los festivales del FICCO y Expresión en Corto.