Llamando a un ángel (2007)

LLAMANDO A UN ANGEL (2007)
55/100

Con un elenco todo abarcador que va de actores telenoveleros a conductores de televisión y con el apoyo de Buena Vista como distribuidora pensábamos que la antes titulada De Ángeles, Flores y Fuentes y favorita del publico en Guadalajara ’07 seria el primer knockout en la cartelera mexicana del 2008, puesto que después recayera en La Misma Luna (Riggen, 2007). Cierto es que la cinta dirigida en colectivo por el trío Guzman-Rodriguez-Rodriguez recorrió las salas mexicanas sin dejar ni un grano de transcendencia, tal vez un signo de su atípica mediocridad. Con la premisa de conflicto situacional y tres llamadas confundidas, tres cortometrajes son levemente conectados y presentados como largometraje. Llamando a un ángel consiste en tres ligeros cortometrajes, dos de relleno y otro ultimo con cierto encanto.

La ciudad doliente. 50

Responsable de abrir la propuesta más no de construir la delgada pero significativa cuerda que sostiene a los tres cortometrajes. Nos encontramos en una preparatoria aparentemente problemática, donde no hay más que estudiantes punketos y un maestro cansado de ellos, bueno, menos de una alumna con quien siente cierta atracción. Y aunque molesta que la cinta suponga una generación solo de darketos, el maestro los ve como una plena amenaza. El cada vez más trabajador Julio Bracho con su ya conocido personaje controlador y Sherlyn, aun estancada en la prepa. Una supuesta llamada de la alumna da a entender que la atracción es mutua y una pelea de la chava con su novio solo alimenta el interés del profe. Ahora nos posicionamos ante un triangulo bastante tenso que puede explotar y poner en jaque a cualquiera de los involucrados. Lo que empieza como un simpático corto se transforma en un juego demasiado fácil, muy predecible y en efecto, flojo. Bonus points por la inclusión de la rola “Mucho” de Elis Paprika.

Sufrimiento eterno. 45

En el segundo segmento una desesperada mujer se encarga de complicarse la vida y de una vez dar erróneas ilusiones a un hombre doliente y otro condenado, aquí se conecta la película, a través de tres llamadas desventuradas que contestan bajo el mismo nombre, Ángel Flores Fuentes. La siempre guapa Mónica Dionne se autopropone un colapso emocional en un fin de semana que su esposo anda de viaje, encontrara en cualquier detalle una salida al agotado matrimonio. Un amor del pasado (Alberto Estrella) es presa de sus pensamientos, del que hubiera pasado si hubiera apostado por aquel hombre con quien si compartía ideologías y a quien siempre considero su gran amor. El comediante Lalo España le otorga un cierto encanto a la aburrida trama, aun en su papel cliché de amigo gay comprensivo. Con una música muy apropiada para el yoga y una supervisión de vestuario donde todo es blanco, la historia simplemente no es lo suficientemente interesante o ingeniosa para sostenerse.

La gente condenada. 65

El último corto es sin duda el plato fuerte y la única razón por la que Llamando a un ángel no resulto un martirio. Primero debemos agradecer que se respetaran los espacios de cada cineasta que la ultima pieza del largometraje fuera eso, una historia más y no una resolución encadenada sobre los tres cortos. Aquí, otra llamada ilusiona a un hombre que decide reclamar a su chica, o por lo menos acostarse con ella. La deseada Eva (Patricia Llaca, gritando como siempre) se enamoro de un viejo adinerado y no tiene ni idea de la llamada que atrae a su ex galán. Y sumemos la genial presencia de Luis Felipe Tovar, en el mejor personaje que ha tenido en muchos años. Vestido con un traje vaquero blanco, con pelo no güero sino amarillo y con ese rostro macabro que sabe aprovechar, encarna al mismo diablo. Una historia deliciosamente enredada, que se burla de si misma y no le tiene miedo a ridiculizar la existencia de cada personaje.